Erauna tarde gris, cuando me encontraba en la puerta de un edificio oscuroy gris, mi nueva escuela, entre tímidamente por la entrada grande ymanchadas de humedad, la gente que salía y entraba de ese edificio erade rasgos opacos, muy grises, llenos de miedo, muy callados, ninguno sesaludaba con ninguno.
Modestamente, puse mis pies dentro del pasillo opaco, lleno dehumedad, de mal olor, y salude con una voz muy firme, como para quetoda la gente que estaba al lado mío y a sus alrededores me...
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